Estas tremendas líneas vienen del famoso “Cuento de Heike”, un épico poema de la Guerra Genpei del siglo XII. Buda muere rodeado por árboles de saal, (llamados también Sala o Shala). Se dice que uno de cada dos árboles se marchitó de tristeza por su muerte, sus flores se volvieron blancas como las gruyas y cayeron para cubrir su lecho de muerte. En el cuento de Heike la abrupta manera en que las flores cambian de color es usada como una metáfora de la fugacidad e impermanecía de todas las cosas en el mundo.
El sake también es una creación cambiante y transitoria. Conocido durante mucho tiempo como el “arte de la temperatura”, el resultado de la fermentación del sake depende en gran parte de la habilidad para controlar la temperatura durante cada proceso. En los días antes de la existencia de los termómetros la elaboración era propia de las intuitivas manos de los TOJI veteranos, registrando los pequeños cambios en la temperatura. Estas habilidades se heredan por generaciones. A diferencia de otras artes como la música y las artes visuales el sake no puede ser preservado para que otras generaciones lo disfruten. Es por esta razón que está destinado para consumirse, que nos esforzamos por la excelencia constante para crear un sake único e inconfundiblemente nuestro.

Como un símbolo de Hiroshima

Considerada la mejor en Japón

Yamada Nishiki

Hecho 100 % con arroz Yamada Nishiki de cosecha “especial A” de la región de la prefectura de Hyogo, considerada la mejor en Japón.

“Ocasión especial”

Nosotros pensamos que SARASOUJU es nuestro sello para una “ocasión especial”. Esperamos que las personas puedan disfrutar de este sake tan especial en fechas importantes, cuando tengan algo para celebrar o cualquier día que se tenga un particular ánimo festivo.

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